viernes, 2 de enero de 2015

Imazighen: Hombres libres

Dije que te escribiría un mensaje para contarte que tal la clase del pasado día 12 de diciembre y todavía no lo he hecho. ¡Tenía que contarte tantas cosas y tan especiales que he pensado que la mejor manera era esta!

Ese viernes tenía un reto importante. La clase que tenía que impartir no era de las fáciles. La sesión se llamaba Imazighen: Hombres libres.  Aquellos a los que nosotros conocemos como bereberes.

Tú fuiste quien me enseñó  la diferencia cultural tan grande entre un amazigh y un árabe.  Su territorio, sus creencias, su cultura, su alfabeto, su bandera…


Desde el primer momento pensé que podía ser una sesión interesante para mis alumnos ya que lo que un día fue desconocido y apasionante para mi, seguramente lo sería también para ellos.

¡Y no me equivoqué! Conocimos ese territorio conocido como Tamazgha, hablamos de bereberes, de Tariq  ibn Ziyad el famoso conquistador del 711, de almorávides y almohades o de San Agustín y su origen amazigh.


Nos adentramos en la sociedad bereber del Rif. Conocimos a sus últimas alfareras, y las diferentes manifestaciones artísticas de los imazighen.

Uno de los temas más interesantes fue el de los tatuajes. Me resultaba de algún modo excesivamente chocante que sabiendo que para el musulmán el tatuaje es haram ( prohibido) para el imazighen  es una parte importantísima de su realidad cultural, manifestación artística y espiritual al mismo tiempo.


Para finalizar, quise centrarme en los Tuareg, pueblo guerrero amazigh , cuya historia y mitos no están exentas de romanticismo, aunque su realidad hoy en dia sea bien distinta a lo que nos imaginamos.

Fue entonces, cuando preparaba la documentación relativa a este pueblo, cuando surgió el momento mágico que he querido hacer protagonista hoy en esta entrada.  Encontré un hermoso video en el que un Tuareg nos muestra como realiza una pequeña muestra de joyería tribal.

A medida que el metal iba adquiriendo forma me iba resultando familiar. 


Es en el minuto 3.44  cuando nuestro tuareg nos muestra  la obra ya finalizada y es entonces cuando la reconozco como algo mio.


Voy corriendo a mi dormitorio y en una de las cajitas en las que guardo mis “pequeños tesoros” la veo. La misma pieza tuareg que estoy viendo  coincide con uno de los regalos de las vacaciones de verano que Yons me hizo. 



Cómo es lógico, con la pieza en mi mano y sabiendo de su origen amazigh y más concretamente tuareg me lanzo a buscar algo de información referente a esa pieza… Se trata de la Cruz del Sur o Iferouane. Era llevada exclusivamente por los hombres y se transmitía de padre a hijo en la pubertad a la vez que se mencionaba la frase: "Hijo, te doy las cuatro direcciones del mundo, ya que nadie sabe dónde irás a morir."

Conté todo esto a los alumnos… Mi regalo, el video tuareg, la pieza y mi carrera hacia el cajón al reconocerla.


Demasiadas cosas para contar en un mensaje de whatsapp. No te podía contestar con un  “la clase ha ido muy bien, gracias por tu ayuda”.  Ha sido mucho más que eso! Ahora guardo esa cruz con más cariño si cabe. Y cual amazigh, también se la regalaré a mi hijo mayor cuando llegue a la pubertad mencionando la eterna frase…"Hijo, te doy las cuatro direcciones del mundo, ya que nadie sabe dónde irás a morir."

Acaso… ¿Alquien lo sabe?
Gracias por todo. De maña a amazigh… gracias!